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Economía del Salitre

La Economía Chilena y la Industria del Salitre a Comienzos del Siglo XX

La economía chilena a principios del siglo XX, al igual que en los últimos años del siglo XIX, experimentó una notable inestabilidad, pero a su vez generó considerables riquezas. La principal fuente de ingresos provenía del salitre, cuya producción comenzó a declinar paulatinamente después de la Primera Guerra Mundial. Esta caída se vio agravada por la falta de apoyo del Parlamento para concretar la conversión metálica, un proceso que habría permitido diversificar la economía. Además, los efectos del sismo de 1906 y la crisis económica internacional de 1907 impactaron negativamente en la producción y exportación de salitre, marcando la tónica de ese período.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914,

las consecuencias para la economía chilena fueron significativas, dado que su comercio estaba estrechamente vinculado a Europa. Sin embargo, la recuperación económicafue posible gracias al incremento de las ventas de salitre, que, debido a su utilidad en la fabricación de explosivos, experimentó una demanda elevada. A pesar de ello, la conversión metálica volvió a ser postergada.

Durante el gobierno de Carlos Ibáñez, los planes económico-financieros se vieron frustrados por la gran crisis de 1929, que también afectó a Chile, exacerbada por el aumento de la deuda externa. En un intento por salvar la situación, se creó la Compañía de Salitre de Chile (COSACH), en la que participaron el fisco y la mayoría de las compañías salitreras, compartiendo las acciones a partes iguales. Como parte del acuerdo, el fisco renunciaría a cobrar derechos de exportación del salitre, mientras que COSACH se comprometía a pagar al Estado la suma de $600.000.000 aproximadamente en un plazo de cuatro años, lo que permitió aliviar las finanzas del gobierno por un tiempo.

Sin embargo, la crisis continuó empeorando en 1931, con la consiguiente desvalorización de productos y el cierre de mercados. Grandes cantidades de salitre quedaron almacenadas, tanto en Europa como en las canchas de Chile, mientras que una alarmante cesantía comenzaba a afectar a los centros industriales del país.

Desde 1850, tanto chilenos como ingleses invirtieron en las salitreras de Tarapacá, lo que trajo consigo importantes transformaciones técnicas que incrementaron la rentabilidad de las explotaciones. La zona de producción abarcaba desde Tarapacá hasta Antofagasta, poblándose de inversionistas europeos, chilenos y peruanos, así como de trabajadores de estas mismas nacionalidades. Las tensiones derivadas de la fuerte presencia chilena en un territorio que estaba bajo soberanía peruana y boliviana, sumadas a los grandes intereses en juego, llevaron al estallido de la Guerra del Pacífico(1879-1884), en la que Chile se impuso y anexó el territorio de Tarapacá.

Tras el conflicto, el gobierno chileno decidió privatizar las salitreras, permitiendo que particulares, como el inglés John North, adquirieran importantes concesiones. Además, el Estado implementó un gravamen a la exportación de salitre, lo que generó una importante fuente de recursos fiscales. Estos ingresos no solo permitieron cubrir las deudas contraídas durante la guerra y mantener el poderío militar, sino que también se utilizaron para financiar planes de obras públicas y educación.

En resumen, la riqueza generada por el salitre fue una de las principales consecuencias económicas de la victoria chilena en la Guerra del Pacífico, consolidándose como el motor de la economía nacional durante las primeras décadas del siglo XX.


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Economía del Salitre

La Economía Chilena y la Industria del Salitre a Comienzos del Siglo XX

La economía chilena a principios del siglo XX, al igual que en los últimos años del siglo XIX, experimentó una notable inestabilidad, pero a su vez generó considerables riquezas. La principal fuente de ingresos provenía del salitre, cuya producción comenzó a declinar paulatinamente después de la Primera Guerra Mundial. Esta caída se vio agravada por la falta de apoyo del Parlamento para concretar la conversión metálica, un proceso que habría permitido diversificar la economía. Además, los efectos del sismo de 1906 y la crisis económica internacional de 1907 impactaron negativamente en la producción y exportación de salitre, marcando la tónica de ese período.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914,

las consecuencias para la economía chilena fueron significativas, dado que su comercio estaba estrechamente vinculado a Europa. Sin embargo, la recuperación económicafue posible gracias al incremento de las ventas de salitre, que, debido a su utilidad en la fabricación de explosivos, experimentó una demanda elevada. A pesar de ello, la conversión metálica volvió a ser postergada.

Durante el gobierno de Carlos Ibáñez, los planes económico-financieros se vieron frustrados por la gran crisis de 1929, que también afectó a Chile, exacerbada por el aumento de la deuda externa. En un intento por salvar la situación, se creó la Compañía de Salitre de Chile (COSACH), en la que participaron el fisco y la mayoría de las compañías salitreras, compartiendo las acciones a partes iguales. Como parte del acuerdo, el fisco renunciaría a cobrar derechos de exportación del salitre, mientras que COSACH se comprometía a pagar al Estado la suma de $600.000.000 aproximadamente en un plazo de cuatro años, lo que permitió aliviar las finanzas del gobierno por un tiempo.

Sin embargo, la crisis continuó empeorando en 1931, con la consiguiente desvalorización de productos y el cierre de mercados. Grandes cantidades de salitre quedaron almacenadas, tanto en Europa como en las canchas de Chile, mientras que una alarmante cesantía comenzaba a afectar a los centros industriales del país.

Desde 1850, tanto chilenos como ingleses invirtieron en las salitreras de Tarapacá, lo que trajo consigo importantes transformaciones técnicas que incrementaron la rentabilidad de las explotaciones. La zona de producción abarcaba desde Tarapacá hasta Antofagasta, poblándose de inversionistas europeos, chilenos y peruanos, así como de trabajadores de estas mismas nacionalidades. Las tensiones derivadas de la fuerte presencia chilena en un territorio que estaba bajo soberanía peruana y boliviana, sumadas a los grandes intereses en juego, llevaron al estallido de la Guerra del Pacífico(1879-1884), en la que Chile se impuso y anexó el territorio de Tarapacá.

Tras el conflicto, el gobierno chileno decidió privatizar las salitreras, permitiendo que particulares, como el inglés John North, adquirieran importantes concesiones. Además, el Estado implementó un gravamen a la exportación de salitre, lo que generó una importante fuente de recursos fiscales. Estos ingresos no solo permitieron cubrir las deudas contraídas durante la guerra y mantener el poderío militar, sino que también se utilizaron para financiar planes de obras públicas y educación.

En resumen, la riqueza generada por el salitre fue una de las principales consecuencias económicas de la victoria chilena en la Guerra del Pacífico, consolidándose como el motor de la economía nacional durante las primeras décadas del siglo XX.


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