Skip to main content

Cultura

La cultura atacameña, de inmediato debemos situarnos en un contexto árido, caracterizado por un escaso recurso hídrico; un paisaje seco, con fuertes contrastes térmicos de altas temperaturas durante el día y bajas durante la noche; un lugar en donde las distancias entre los oasis son kilómetros interminables y donde la movilidad por diferencias de alturas son parte de la vida diaria. Es este el contexto que condiciona la vida y el desarrollo de la cultura atacameña, tal como lo revisaremos a continuación.

Sus antecedentes datan del 11.000 A.C, momento en que se perfila como la cultura que se ha denominado “San Pedro”, que luego fue conocida como cultura atacameña, en ese entonces se desarrollaron los primeros cazadores-recolectores, estos debían trasladarse grandes distancias para poder obtener alimentos y materias primas para su subsistencia, se regían bajo el principio de que grandes diferencias altitudinales crean ambientes distintos con fauna, vegetación y climas opuestos, lo que provocaba que tuvieran constantes traslados interzonales para poder conseguir lo que buscaban. ya en el 4.000 A.C se especializan en la caza y la recolección de frutos del chañar y algarrobo, además de la utilización de sus maderas, así, logran encontrar mejores lugares de abastecimiento a menores distancias.

Esto se materializa en el surgimiento de los primeros poblados aledaños a las quebradas de los ríos; es en este momento cuando comienzan a realizar excursiones de caza, con instrumentos como puntas y dardos más especializados. Luego entre el 2.000 y 500A.C se alternan la caza, con el pastoreo, en esta época ya se hace común la práctica de domesticar animales, como llamas, vicuñas y guanacos. Es sólo en el 500 A.C que surge la cultura atacameña como tal, constituida en las zonas de las desembocaduras de los ríos que bajan al salar; aquí diferentes poblados aledaños al río San Pedro, desarrollan el regadío y transforman los oasis en áreas de cultivos.

Sus principales cultivos eran: maíz, porotos, zapallos, calabazas, ají, papa. Paralelamente a esto, se va gestando el desarrollo artístico de la etnia en cerámicas y petroglifos; en sus inicios la primera cerámica roja y negra pulida sólo respondía a necesidades domésticas, pero posteriormente se fue impregnando de un estilo gráfico, con decoraciones grabadas de diseños geométricos (que revisaremos posteriormente en la etapa de diseño); y por otra parte encontramos, el diseño de los petroglifos que corresponde a la expresión de lo que estaban viviendo, siendo muy recurrentes las figuras de camélidos irregulares. La cultura se siguió gestando incluso hasta después de la llegada de los Incas al territorio. Tal fue la integración de los incas que los atacameños aprendieron la nueva lengua, quechua, sin dejar de lado su habla originaria el Kunza.

“La ocupación incaica fue evidentemente más política que cultural, ya que se fundamento en alianzas con las autoridades atacameñas, las cuales estaban preparadas para este entendimiento a raíz del tráfico multiétnico que existía desde antes.” (Le Paige, y otros, 1978)

Diferente fue el caso cuando llegaron los españoles en el S xVI, en ese entonces los atacameños dejaron sus aldeas para refugiarse en el pucará de Quitor, lugar donde se defendieron con flechas y piedra del enemigo; el cual con un mayor poder armamentista y caballos logró derrotar- los, conquistarlos e instalar sus costumbres y religión en un pueblo que terminó por obedecer tras la muerte de muchos de sus líderes.

En la actualidad se puede encontrar a los atacameños vi- viendo, en su mayoría, en poblados a las afueras de SPA, en sus antiguos Ayllus o comunidades, conservando sus costumbres y vida tranquila; otros, han optado por apro- vechar el turismo y las oportunidades que ofrece la zona (imagen 13); instalando agencias de etnoturismo, hosta- les o restaurantes. Por otra parte, tienen una participación activa, en conjunto con la COnAF, de la administración de los lugares turísticos; lo que ha ayudado a su conser- vación y protección.

Fuente:
Villalobos Iglesias, J. (2011).Identifica señalética para comunicar nuestra identidad cultural — aplicado en la comuna de San Pedro de Atacama. Disponible en http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/100280

Cultura

La cultura atacameña, de inmediato debemos situarnos en un contexto árido, caracterizado por un escaso recurso hídrico; un paisaje seco, con fuertes contrastes térmicos de altas temperaturas durante el día y bajas durante la noche; un lugar en donde las distancias entre los oasis son kilómetros interminables y donde la movilidad por diferencias de alturas son parte de la vida diaria. Es este el contexto que condiciona la vida y el desarrollo de la cultura atacameña, tal como lo revisaremos a continuación.

Sus antecedentes datan del 11.000 A.C, momento en que se perfila como la cultura que se ha denominado “San Pedro”, que luego fue conocida como cultura atacameña, en ese entonces se desarrollaron los primeros cazadores-recolectores, estos debían trasladarse grandes distancias para poder obtener alimentos y materias primas para su subsistencia, se regían bajo el principio de que grandes diferencias altitudinales crean ambientes distintos con fauna, vegetación y climas opuestos, lo que provocaba que tuvieran constantes traslados interzonales para poder conseguir lo que buscaban. ya en el 4.000 A.C se especializan en la caza y la recolección de frutos del chañar y algarrobo, además de la utilización de sus maderas, así, logran encontrar mejores lugares de abastecimiento a menores distancias.

Esto se materializa en el surgimiento de los primeros poblados aledaños a las quebradas de los ríos; es en este momento cuando comienzan a realizar excursiones de caza, con instrumentos como puntas y dardos más especializados. Luego entre el 2.000 y 500A.C se alternan la caza, con el pastoreo, en esta época ya se hace común la práctica de domesticar animales, como llamas, vicuñas y guanacos. Es sólo en el 500 A.C que surge la cultura atacameña como tal, constituida en las zonas de las desembocaduras de los ríos que bajan al salar; aquí diferentes poblados aledaños al río San Pedro, desarrollan el regadío y transforman los oasis en áreas de cultivos.

Sus principales cultivos eran: maíz, porotos, zapallos, calabazas, ají, papa. Paralelamente a esto, se va gestando el desarrollo artístico de la etnia en cerámicas y petroglifos; en sus inicios la primera cerámica roja y negra pulida sólo respondía a necesidades domésticas, pero posteriormente se fue impregnando de un estilo gráfico, con decoraciones grabadas de diseños geométricos (que revisaremos posteriormente en la etapa de diseño); y por otra parte encontramos, el diseño de los petroglifos que corresponde a la expresión de lo que estaban viviendo, siendo muy recurrentes las figuras de camélidos irregulares. La cultura se siguió gestando incluso hasta después de la llegada de los Incas al territorio. Tal fue la integración de los incas que los atacameños aprendieron la nueva lengua, quechua, sin dejar de lado su habla originaria el Kunza.

“La ocupación incaica fue evidentemente más política que cultural, ya que se fundamento en alianzas con las autoridades atacameñas, las cuales estaban preparadas para este entendimiento a raíz del tráfico multiétnico que existía desde antes.” (Le Paige, y otros, 1978)

Diferente fue el caso cuando llegaron los españoles en el S xVI, en ese entonces los atacameños dejaron sus aldeas para refugiarse en el pucará de Quitor, lugar donde se defendieron con flechas y piedra del enemigo; el cual con un mayor poder armamentista y caballos logró derrotar- los, conquistarlos e instalar sus costumbres y religión en un pueblo que terminó por obedecer tras la muerte de muchos de sus líderes.

En la actualidad se puede encontrar a los atacameños vi- viendo, en su mayoría, en poblados a las afueras de SPA, en sus antiguos Ayllus o comunidades, conservando sus costumbres y vida tranquila; otros, han optado por apro- vechar el turismo y las oportunidades que ofrece la zona (imagen 13); instalando agencias de etnoturismo, hosta- les o restaurantes. Por otra parte, tienen una participación activa, en conjunto con la COnAF, de la administración de los lugares turísticos; lo que ha ayudado a su conser- vación y protección.

Fuente:
Villalobos Iglesias, J. (2011).Identifica señalética para comunicar nuestra identidad cultural — aplicado en la comuna de San Pedro de Atacama. Disponible en http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/100280